El martes 1° de noviembre es feriado en Guatemala. Siguiendo tradiciones ancestrales mayas y católicas aquí se celebra con mucha devoción este día de fiesta. Hay mucha alegría y colorido en el encuentro con los difuntos. Se come en los cementerios el plato típico del día que llaman ¡fiambre! Es una mezcla de ensaladas con salchichas y chorizos. En dos ciudades importantes del departamento de Sacatepéquez (cuya capital es La Antigua Guatemala), Santiago y Sumpango, se celebra el día con una fiesta de barriletes. Con la asesora fuimos a ver de que se trata.
Llegamos a las 11 de la mañana y ya había mucha gente.
Hermosos barriletes hechos con papel china y pegados con mucha paciencia.
Algunos llegan a medir mas de 10 metros de diámetro. Estos son los de categoría "B" de 3 a 6 metros.
Los barriletes representan la unión del inframundo con nuestro mundo; son la conexión de los vivos y los muertos (los santos o los ancestros), y por lo tanto sin relación con los santos católicos, sino con los ancestros mayas. El Dios del mundo libera por un día a las almas de los muertos, quienes pueden visitar a la familia, y si no son bien recibidos, pueden dañar las cosechas, causar enfermedades o atentar contra la vida de los familiares vivos. Antiguamente el día era a fines de julio o principios de agosto, pero con el "progreso" pasó al día de todos los santos.
El 1° de noviembre en México y Guatemala es el día que uno se reencuentra con los muertos, pero la historía se alarga mucho si trato de explicar todo. Por eso, en el alba del 1°, la familia esparce "flor de muerto" (caléndulas) en el umbral de la casa y cuelga ramilletes en los marcos de las ventanas y cualquier apertura de la casa, “para guiar a los espíritus e indicarles que no se los ha olvidado y que son bienvenidos”.
Este complejo ritual dura todo el día.La familia prepara en la casa un altar adornado con flores de muerto y con ofrendas de aguardiente blanco, pan, agua, frutas, atol de maíz y velas. Luego van al cementerio a “vestir” la tumba, o sea a esparcir flores de muerto y colocarle coronas de ciprés en la cabecera, para después comentar los días felices de la vida con los ahora difuntos. Los barriletes remontan el vuelo en busca de los espíritus errantes y ancestrales.
Cuando sobrepasan los 6 metros de diámetro, ya no los hacen volar. Son muy pesados y no hay espacio para correr con la soga y tensar.
Algunos barriletes están muy trabajados. Comienzan un mes antes los preparativos.
Agrandando las fotos se pueden leer las leyendas de los barriletes. Ruk'ux Ulew es Planeta Tierra en kaqchikel.
Elsa (Dolly) acompañada de unas amigas guatemaltecas que tampoco habían estado en Sumpango. Las conocimos en la combi que nos trasladó desde Guatemala. Comiendo "elote" con sal y limón y asado: riquísimo.
Un puesto con las infaltables tortillas. Es una producción permanente. Abajo, fritando pollo
Barriletes vistos de atrás.
Los cortes (faldas) son de uso exclusivo de las indígenas.
Más barriletes.
Muchas alegorías a los muertos y a la violencia pasada por los pueblos K'iche', Kaqchikel y Mam durante los 70's y 80´s
Vista al detalle.
Poniendo el esqueleto o armazón del barrilete.
Mucha gente paseando. Abajo, bailando al compás de la ¡marimba!
Dos elegantes indígenas.
Más "cortes"
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